En Inglaterra, los servicios de salud pública han implementado una aplicación que funciona con inteligencia artificial y que presta auxilios emocionales a los usuarios. Sincerarnos y pedirle consejos a una IA se está volviendo una tendencia cada vez más común.

Pareciera que lo que profetizó la película “Her” ( Ella ) sobre intimar con un programa, hacerlo nuestro compañero y emplearlo para subsanar nuestras necesidades emocionales es ya una realidad.

Para quienes lo duden, tenemos el caso de una mujer japonesa identificada como Kano, de 32 años, cuyo caso hoy es expuesto en redes sociales a nivel global. Ella tuvo la ocurrencia, quizás demasiado vanguardista, de desposarse simbólicamente con un personaje de inteligencia artificial que ella misma creó.

Podemos tomar el caso de Kano com

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