La emboscada contra fuerzas estadounidenses en Siria volvió a escalar la tensión en Medio Oriente luego de que dos militares y un intérprete civil murieran en un ataque atribuido al Estado Islámico, un hecho que llevó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a lanzar una advertencia directa sobre una respuesta contundente.

La agresión ocurrió en una zona considerada de alto riesgo y con control territorial incompleto, donde los soldados estadounidenses sostenían una reunión con líderes locales como parte de las operaciones antiterroristas en curso, de acuerdo con el Comando Central de Estados Unidos, que confirmó que el atacante actuó de manera individual y fue abatido en el lugar.

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