El gobierno colombiano, liderado por el presidente Gustavo Petro, avanza en negociaciones con el Clan del Golfo , el grupo armado ilegal más grande del país, para desmovilizar cerca de 9 000 integrantes. A diferencia de acuerdos anteriores (como con las FARC), las conversaciones incluirían penas de prisión para los máximos líderes de esa organización como parte del proceso de paz.

Las órdenes de captura y extradición se mantendrían suspendidas mientras prosiguen los diálogos, que también buscan desarme, inversión social en zonas afectadas y sustitución de cultivos ilícitos. Las negociaciones son mediadas por Qatar, España, Noruega y Suiza, con participación de EE. UU. y Reino Unido.

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