La consejera de Sanidad de la Comunidad de Madrid , Fátima Matute , ha defendido con firmeza el modelo de colaboración público-privada que ha permitido a la región ofrecer una sanidad de excelencia, accesible y tecnológicamente avanzada. En un contexto de críticas desde el Gobierno central y el Ministerio de Sanidad, Matute ha cuestionado la gestión de la ministra de Sanidad, Mónica García, acusándola de desviar la atención hacia Madrid con fines políticos y de imponer un Estatuto Marco a los médicos que, según la consejera, perjudica a los profesionales y desordena el Sistema Nacional de Salud.

Con datos objetivos sobre listas de espera, consultas y operaciones, Fátima Matute ha subrayado en esta entrevista para OKSALUD  que Madrid sigue siendo un referente de eficiencia y equidad, incluso ante la presión de un Gobierno de Pedro Sánchez en caída libre.

Pregunta.- Consejera, tras cuatro días de huelga médica en todo el país —la tercera en un año— y ante el fracaso de una reforma laboral rechazada por toda la profesión, cualquier ministro habría dimitido. En el caso de Mónica García, además médica, la responsabilidad es aún mayor. ¿Estamos ante un punto sin retorno para el Estatuto Marco?

Respuesta.- Mónica García intenta, con el estatuto médico, pasar a la historia por mero cálculo de rédito político. Pero pasará a la historia como la ministra de sanidad que traicionó a los suyos, colectivo médico. Su forma de intentar imponer su Proyecto de Estatuto Marco es un escándalo, tanto en la forma como en el fondo. Ha puesto en pie de Guerra a todos los agentes implicados: los propios profesionales, los sindicatos y las comunidades autónomas.

No sabemos con quién consensuaron el primer borrador, lo que está claro es que no lo hicieron con todos. Y todas las comunidades autónomas, con independencia del color político que representemos, denunciamos esta situación. Porque somos quienes tenemos delegadas las competencias en materia sanitaria.

Pero es que, además, las primeras noticias que nos llegaron sobre esta reforma dejaban claro que el proyecto no resolvía ninguno de los problemas existentes tras más de 20 años del Estatuto Marco vigente. Más bien retrotraía derechos y empeoraba condiciones laborales. En lugar de mejorar las condiciones de los trabajadores sanitarios, lesiona y enfrenta a la profesión. Imposición frente a libertad.

Mónica García está actuando en todo este asunto haciendo gala en el Ministerio de Sanidad de las virtudes que marcaron su paso por la oposición en la Asamblea de Madrid: la ignorancia, la prepotencia y la inoperancia más absolutas.

Desde la Comunidad de Madrid la instamos a retirar su proyecto de Estatuto Marco y que haga las cosas bien, con un diagnóstico correcto de los problemas del Sistema Nacional de Salud, como el déficit de profesionales y de financiación. La ministra debería implicar en este proyecto a los Ministerios de Hacienda y Función Pública, para una evaluación objetiva de su viabilidad técnica, jurídica y económica.

P.-Tras la reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud,  las comunidades gobernadas por el PP han solicitado a la ministra que retire el borrador del Estatuto Marco para empezar de cero. 

R.-Es que es imprescindible empezar de cero. Hemos reclamado una reunión monográfica con todas las comunidades autónomas, como corresponde en una reforma de este calado. El borrador actual carece de rigor y se ha elaborado sin diálogo, lo que ha generado un clima de creciente crispación entre los profesionales. Reiniciar el proceso permitiría evitar una huelga indefinida de ámbito estatal que terminaría perjudicando al conjunto de la sociedad.

P.- Entonces, consejera, en su opinión, ¿qué pasos deberían darse?

R.- Hacer un diagnóstico del Sistema Nacional de Salud (de la falta de profesionales, de la falta de financiación), entablar un diálogo con el Ministerio de Hacienda para tener una memoria económica y con el Ministerio de Función Pública, que es el que se encarga del Estatuto Básico, y con la Seguridad Social. A partir de ahí, tendrían que hablar con los técnicos, con las comunidades autónomas para que se pueda empezar de cero y evitemos una huelga indefinida.

P.- La huelga médica ha obligado a cancelar miles de consultas, cirugías, pruebas…

R.- Las cuatro jornadas de huelga han obligado a cancelar 22.000 consultas, 1.500 cirugías y 3.000 pruebas en la Comunidad de Madrid. Se han visto afectadas 30.000 personas. Y, así en el resto de comunidades; este estatuto ha sido una irresposabilidad más de la ministra, Mónica García.

P.- En otro orden de cosas, usted ha defendido la colaboración público-privada como un modelo para lograr una sanidad «cercana, humana, investigadora y tecnológicamente puntera». En el contexto actual, con críticas desde el Gobierno central al modelo concertado, ¿cómo valora la equidad en el acceso universal a la sanidad madrileña?

R.- El modelo de colaboración público-privada nos permite contar en Madrid con una sanidad de excelencia, con mayúscula, que funciona y es accesible para cualquier ciudadano de la región, gracias a la libre elección de centro sanitario en la que fuimos pioneros hace casi 20 años.

Cuando la ministra de Sanidad nos amenaza, porque es una amenaza dirigida a Madrid, con acabar con este modelo derogando la Ley 15/1997, de 25 de abril, sobre habilitación de nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud., demuestra su ignorancia de que adoptar esta medida sería inconstitucional, por invadir competencias autonómicas, e iría contra varias directivas de la Unión Europea en materia de libre competencia y mercado interior. Además, provocaría, paradójicamente, un problema a comunidades autónomas gobernadas por la izquierda, como Cataluña, que supera a Madrid en gestión indirecta de centros sanitarios, o Castilla-La Mancha, que han aumentado en los últimos años el número de conciertos.

Pero no nos engañemos. Tanto la señora Mónica García como su compañero de Gabinete, el socialista Óscar López han convertido este asunto en una batalla ideológica, sectaria y fuera de la razón. No es por el modelo sanitario, que saben que es de éxito. Atacan a Madrid por un motivo espurio: no soportan que sus ciudadanos lleven tres décadas dándoles la espalda en las urnas. Y en el caso de Mónica García, porque no perdona que Isabel Díaz Ayuso la derrotara en las urnas en 2021 y 2023. Ahora, que el Gobierno de Pedro Sánchez del que forma parte está en vía muerta, está preparando con sus continuos ataques a la sanidad de Madrid, su regreso a la política regional. Mientras tanto los problemas se le acumulan, por inacción, en el Ministerio de Sanidad.

Un claro ejemplo de que la señora García tiene el sistema sanitario patas arriba es la situación de la sanidad en Ceuta y Melilla, que es responsabilidad directa de ella. Cuando uno sólo de sus indicadores sea un poquito mejor que cualquier indicador de cualquier comunidad autónoma gobernada del PP, que empiece hablar. Porque cuando se refiere a los modelos de gestión, olvida, como denuncian los sindicatos, que ha externalizado todos los servicios, provocando una gran inequidad en el acceso a la sanidad pública, hasta el punto de que un enfermo de cáncer tiene que irse a la Península para tratarse, teniendo que pasar controles de la Guardia Civil para recibir un tratamiento de radioterapia. Que García se lo haga mirar y que los ciudadanos analicen con datos objetivos lo que hace y dice esta ministra.

Pregunta.- Madrid registra los menores tiempos de espera tanto para operaciones como para consultas, e incluso recibe pacientes de otras regiones en áreas como la oncología. ¿Por qué cree que estos resultados incomodan a la oposición?

Respuesta.- Que la Comunidad de Madrid tenga las mejores listas de espera sanitarias de España no es algo que diga yo. Es un hecho que se ha visto obligado a reconocer el propio Ministerio de Sanidad en su informe semestral: para una operación quirúrgica la espera media en Madrid es de 49 días, frente a los 118 de media nacional. Si nos medimos con otras regiones, en Madrid tardamos en operar a un paciente 99 días menos que en Cataluña y 67 menos que en Cataluña.

Si hablamos de consultas externas, Madrid también está en los primeros puestos, con 63 días de espera media, frente a los 112 de Cataluña o los 150 de Canarias y por muy por debajo de la media nacional, que se eleva a 96 días. Sin embargo, no nos conformamos, vamos a seguir trabajando para reducir las listas aún más.

Estas cifras demuestran que la sanidad pública madrileña goza de un músculo bien engrasado, sobre todo gracias a la impagable labor de todos y cada uno de sus profesionales, para hacer frente a la presión asistencial de una región que en los últimos años ha incrementado en 140.000 personas la población con tarjeta sanitaria y que cuenta con 190.000 inmigrantes irregulares que hacen uso de nuestros servicios públicos. A ello hay que sumar que el 40% de los pacientes con enfermedades oncológicas o complejas que atendemos proceden de otras regiones en España, algo de lo que nos sentimos profundamente orgullosos, porque Madrid es una región solidaria.

A la izquierda, todos estos datos, irrefutables por más que intenten manipularlos, les molestan porque matan su relato apocalíptico y su realidad alternativa, con los que llevan estrellándose en las urnas desde 1995.

P.- La izquierda persigue sistemáticamente la sanidad en comunidades gobernadas por el PP, como ocurrió en Andalucía con los cribados —sin embargo, sin mencionar el escándalo de Castilla-La Mancha— y ahora en Madrid, en relación con la polémica del Hospital de Torrejón. No obstante, ustedes han llevado a cabo dos auditorías internas.

R.- Antes de nada, quiero aclarar que la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid realiza inspecciones y evaluaciones continuas en todos nuestros hospitales de gestión directa e indirecta, tanto de asistencia como de calidad y seguridad, económicas y de docencia.

Dicho esto, cuanto nos enteramos de las lamentables declaraciones del CEO de Ribera Salud, mandamos inmediatamente a dos equipos de inspectores de nuestra Dirección General de Inspección y Ordenación, que hicieron una primera inspección sobre la actividad Asistencial, apoyados por el trabajo previo que llevaban haciendo de forma continua. Constataron que las listas de espera son inferiores a la media del conjunto de la región y que esa tendencia era además era descendente. Nos quedó claro, con datos tozudos, que en el Hospital público de Torrejón ni se había actuado ni se estaba actuando para aumentar esas listas de espera.

Los pacientes del Hospital de Torrejón tardan, de media, 42 días en ser operados, frente a los 48 de media en la Comunidad de Madrid. Más espectacular es el dato en cuanto a pruebas diagnósticas: 3 días de media, frente a los 57 del global regional. Por no hablar que en consultas externas la espera media es de 32 días, frente a los 60 del conjunto de los hospitales públicos madrileños, tanto de gestión directa como indirecta.

Pero es que, además, hemos podido constatar que en el complejo de Torrejón se ha aumentado la actividad asistencial: 100.000 consultas externas y 700 cirugías más. Asimismo, el hospital ha contratado a más personal, que ha pasado de 1.168 a 1.201 empleados.

En otra inspección se habló con los responsables de los servicios de esterilización, de cardiología, de salud y de medicina preventiva. Se visitó el Servicio de esterilización y se comprobó que operaba con normalidad, generando residuos para destruir y, desde luego, que ningún material que se utiliza en el hospital está reutilizado ni fuera de la norma.

Sin embargo, lo más importante que quiero defender es que los profesionales sanitarios que están en el Hospital de Torrejón no van a actuar nunca contra su código deontológico. Ellos mismos han escrito una carta diciendo que, aparte de que no han recibido ninguna instrucción por escrito, están trabajando por y para la salud de los pacientes.

P.- La ministra Mónica García dirige la sanidad de Ceuta y Melilla, territorios con problemas persistentes y gestión deficiente. ¿Por qué, entonces, centra con tanta insistencia sus críticas en el sistema sanitario de Madrid, uno de los más avanzados del país?

R.- Eso mismo es lo que me pregunto yo cada vez que oigo a la señora García cacarear contra la Comunidad de Madrid. Pero, como he dicho antes, en respuesta a su primera pregunta, ¿Qué está haciendo con INGESA? Porque, insisto, ella está externalizando todos los servicios. Lo de la doctora Mónica García no es juramento hipocrático, es el más hipócrita de los juramentos.

Yo invito a la ministra de Sanidad a que practique el arte de la prudencia, que se dedique a gestionar la sanidad que merecen los habitantes de Ceuta y Melilla y no estorbe la buena gestión que hacemos en otras Administraciones.

P.- Recientemente, Mónica García ha vuelto a citar la gestión de las residencias durante la pandemia. ¿Por qué cree que tras decenas de juicios perdidos, la izquierda sigue buscando socavar la gestión madrileña?

R.- Ya son 143 los procedimientos y diligencias archivados por los juzgados en relación con este asunto. La izquierda, empezando por la ministra Mónica García están manipulando de forma vil los sentimientos de los familiares de fallecidos durante la pandemia diciéndoles que mataron a sus padres. Además de vil, es una actitud imprudente.

Quiero recordar que Mónica García, en el peor momento de la pandemia, dio la espalda a sus compañeros de profesión, cómo lo está haciendo ahora que se están manifestando contra el Estatuto Marco. Y por cierto, se vio obligada a devolver los 13.000 euros que cobró de forma indebida del Hospital donde trabajaba mientras ya era diputada de la Asamblea de Madrid.