La historia de la dedicación a la cocina de Beatriz Arizpe Narro y Pedro Gentiloni Arizpe es una herencia que ha pasado de padres a hijos. No comienza en una escuela de gastronomía, sino en la mesa dominical y el constante ir y venir de la casa familiar.

Pedro, a sus 36 años, ya se consolida, al igual que sus padres, como un creador de recetas. Es descrito por Beatriz, su madre, como una persona que desde niño poseía una “mano ligera” y que “le entraba a cualquier cosa” culinaria, una afición que también fue cultivada por su abuela, quien siempre disfrutó cocinar.

La cocina siempre fue un asunto de participación temprana. Aunque su madre incluía a los niños en el proceso, Pedro se caracterizó por ser observador desde muy pequeño.

Este detalle se manifestaba en su atención a las porc

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