Las personas con discapacidad intelectual se encontraban totalmente desamparadas en Mallorca, sin posibilidades de trabajar y sin futuro. Todo cambió en 1964 cuando las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia , las conocidas como monjas azules, presentes en casi toda Mallorca, fundaron Mater Misericordiae .

Ya se había creado San Juan de Dios, que atendía a los chicos con diversidad funcional y las religiosas vieron la necesidad de dar una respuesta formativa, educativa y social a las mujeres con discapacidad intelectual. Fundaron Mater con la ayuda de la sociedad mallorquina. Muchas personas anónimas de todos los pueblos de la isla hicieron sus aportaciones para conseguir que Mater fuera una realidad.

Mater empezó atendiendo a una docena de chicas pero pronto se convirtió en un centro mixto. Han pasado más de 60 años y Mater cuenta hoy en día con una equipo de 400 profesionales y por su centro han pasado miles de personas con discapacidad funcional, personas que han podido formarse, insertarse en el mundo laboral y conseguir un proyecto de vida.

Dos de las máximas responsables de Mater son Magdalena Fiol, monja franciscana, y Maria Antònia Fullana, directora general de la institución . En esta entrevista ambas hablan indistintamente y explican lo qué significa Mater para la sociedad mallorquina, cómo fueron sus orígenes, el inmenso trabajo que realiza y, entre otras muchas cosas, cómo logra introducir en el mundo laboral a personas con discapacidad intelectual.

Mater da trabajo a sus usuarios en diferentes campos: hostelería, agricultura, artesanía, carpintería, costura… A modo de ejemplo, cada año recoge y comercializa de su granja más de medio millón de huevos ecológicos y prepara 330 menús diarios.

Entrar en las instalaciones de Mater, en pleno barrio de Son Gotleu (Palma), es entrar en un mundo aparte, dominado por la ilusión, el compañerismo, la amistad, el esfuerzo, el trabajo intenso, el respeto a la dignidad e intimidad y el respeto al derecho a ser diferente.

Hablan Magdalena Fiol y Maria Antònia Fullana :

P. – ¿Qué es Mater Misericordiae?

R. – Es una entidad que ofrece apoyos a personas con diversidad funcional y discapacidad intelectual, así como a sus familiares y a su entorno. Conecta cada una de las necesidades de las personas que acompañamos con su entorno natural para que puedan desarrollarse, crecer y tener un proyecto personal único de desarrollo. En definitiva, para que sean felices.

P. – ¿Cuándo y cómo se creó?

R. – Se creó en el año 1964. Se abrió como centro no sólo educativo, sino también sanitario, porque entonces se necesitaba. No existía la Seguridad Social como hoy y las personas necesitaban hacer sus intervenciones quirúrgicas. Teníamos un quirófano y venían médicos de todo tipo formando un equipo cuyo jefe era Josep Blanes, que es el nombre del instituto que tenemos aquí delante.

P. – ¿Es una institución religiosa?

R. – La creó la Congregación de Franciscanas de la Misericordia. Sí. Y es una entidad que, si me permiten, tiene un color, un aire, una resonancia de mujer. Porque se creó para dar respuesta a aquellas niñas que en la sociedad no se atendían. Existía Sant Joan de Déu para los chicos, pero no había una respuesta para las chicas. El día que se inauguraba Sant Joan de Déu, algo se removió en nuestras hermanas y al día siguiente ya decidieron poner la primera piedra, la primera semilla para que este proyecto fuera realidad.
Empezó con doce y enseguida se amplió y se hizo mixto, respondiendo a necesidades no sólo de Mallorca, sino también de las islas y de la península. Venían chicos.

P. – ¿Cómo se financió la creación de Mater?

R. – Lo financió la Congregación, pero con las ayudas sociales de aquel momento. Se hicieron muchas campañas y mucho voluntariado. Fue un proyecto muy social desde el principio, muy participativo por parte de la sociedad mallorquina.

P. – O sea, ¿los ciudadanos de Baleares hicieron aportaciones?

R. – De Mallorca, sobre todo. Piense que las religiosas estábamos en todos los pueblos y desde allí aportábamos. Yo era niña y también aporté.

P. – Se inauguró en 1964. ¿Cuáles son las principales funciones de Mater y qué servicios ofrece?

R. – Las principales funciones son atender a las personas en un modelo centrado en la persona, para que cada una pueda desarrollarse según sus intereses y sus inquietudes. Nosotros facilitamos todos los apoyos que necesite. Este es el objetivo, con una visión y misión conectadas con nuestra congregación, las Hermanas Franciscanas Hijas de la Misericordia, y con un proyecto de identidad: saber dónde nacemos para dar una respuesta actual a las necesidades de los chicos y de sus familias. Todo esto se hace gracias a las aportaciones de inicio, aportaciones voluntarias y económicas, manos que ayudaban para que este proyecto fuera posible. Y hoy sigue siendo igual: manos voluntarias y muchos profesionales que también aportan.

P.-Mater acoge a personas con discapacidad intelectual.

R.- Es una entidad que acoge a personas desde que nacen hasta el final de sus vidas, con servicios sociales, educativos, terapéuticos, Fundación Tutelar, orientación laboral, un Centro Especial de Empleo y un centro educativo. Residencia, viviendas… Cualquier persona que nace con discapacidad intelectual puede hacer un recorrido; nosotros la acompañamos en cada uno de sus momentos vitales y también a sus familias. Empezamos desde bebés, con atención temprana y sesiones ambulatorias: los padres traen al bebé a la sesión y se lo vuelven a llevar. No es un centro donde los bebés queden internos. Según sus necesidades, reciben el alta o siguen siendo acompañados en el colegio, sea ordinario o de educación especial de Mater. Nos movemos en el entorno de la persona; si están aquí o si están fuera, también los acompañamos. En atención temprana hacemos sesiones en sus casas para que sus padres sean también los terapeutas en su entorno natural.

P. – ¿Los usuarios son personas con discapacidad?

R. – Sí. Todos con discapacidad intelectual; algunos también física o sensorial.

P. – He leído que el lema para este año o el próximo es Eres semilla de cambio . ¿Por qué este lema?

R. – Este lema es de todos nuestros centros educativos de Sant Francesc y también de Mater. Trabajamos la identidad y la pastoral, porque creemos que si sembramos, acompañamos y estamos en presencia, desde unos valores éticos de transformación, respeto al medio ambiente y sostenibilidad, podremos cambiar esta sociedad. Podremos aportar el bien y la conexión. Cada uno de nosotros es imprescindible para aportar este cambio.

P. – ¿Cuántos colegios tienen?

R. – Tenemos un equipo unificado entre los colegios ordinarios de Sant Francesc —los de los pueblos y el de Palma— y también el colegio y toda la organización de Mater. Tenemos un equipo de identidad, también llamado pastoral, que cultiva los valores propios y responde a los valores que queremos fomentar. Cada año, con este grupo de trabajo comunitario, pensamos en los objetivos que trabajaremos en cada curso escolar. Este año el lema es semilla de cambio .

P. – ¿Mater tiene delegaciones en otras localidades aparte de Palma?

R. – Sí. Mater está presente, como siempre han estado las religiosas, en diferentes pueblos: Sineu, Santa Eugènia, Inca, Costitx, Ariany, Randa…

P. – Han hablado del Centro Ocupacional y del Centro Especial de Empleo. ¿Cuánta gente habéis podido insertar?

R. – Hay que distinguir:

  • Centro Ocupacional: centro con talleres donde los chicos realizan actividades si pueden.

  • Centro Especial de Empleo: cuando los chicos tienen un nivel y están preparados para ser contratados. Tenemos equipos y brigadas que trabajan y tienen un sueldo. Primero reciben formación y luego pasan a trabajar con nómina. El Centro Especial de Empleo es nuestra empresa social. Hemos creado diferentes líneas de negocio para que estas personas puedan trabajar y tener una nómina. Hablábamos de Ariany, Sineu, Randa… también tenemos la línea de cocina. En formación dual tenemos varios grupos: tres de cocina y uno de limpieza. Son chicos que durante tres años se forman y, a la vez, tienen media nómina: media jornada laboral y media jornada de formación, que realizan aquí y en los diferentes sitios: Sineu, Randa, Ariany.

P. – ¿Manejan algún dato sobre esto? ¿Cuánta gente hay?

R. – A lo largo de toda la historia del Centro Especial de Empleo sería difícil saberlo. El año pasado hubo una inserción de unas 200 personas. Nosotros no solo trabajamos con el Centro Especial de Empleo; también con el Servicio de Orientación Laboral y la Formación Dual. En el Centro Especial de Empleo, todas las personas contratadas tienen discapacidad intelectual, excepto algunos que coordinan o gestionan la parte productiva. Tenemos cocina, catering, cocina de colectividad; hoteles (uno en Ariany y una casa vacacional en Randa); agricultura (la granja de huevos ecológicos en Inca); brigadas de jardinería y mantenimiento… Estas líneas generan oportunidades de trabajo.

Además, orientación laboral trabaja con personas que están en la empresa ordinaria. El Centro Especial de Empleo a veces es una pasarela para adquirir habilidades. Tenemos un equipo que busca empleo para nuestros chicos y luego los acompaña: una visita a la semana o al mes, según necesiten. El apoyo se da sólo cuando es necesario. Acompañamos también a los empresarios para que sepan cómo tratar al chico. En Mater damos todos los apoyos que la persona necesite, sea cual sea el tipo o cantidad. Mater nunca cierra: día de Navidad, Pascua, todos los días y todas las horas. Tenemos viviendas supervisadas (casas o pisos donde viven grupos con un monitor), pisos para chicos con más autonomía con visitas puntuales, y residencia para chicos con mucha necesidad de apoyo. Y las personas que trabajan haciendo seguimiento van a cualquier hora y cualquier día si se les necesita.

P. – ¿Cuáles dirían que son los retos de futuro de Mater para los próximos años?

R. – Seguir acompañando a las personas según las necesidades actuales de una sociedad cambiante, desde la sostenibilidad ecológica, medioambiental, laboral y personal. Un reto es la identidad: saber de dónde venimos, por qué estamos y cuál es nuestra misión de cambio, que es hacer el bien y acompañar a quien lo necesite, sea cual sea su condición. No hacemos criba: llega un chico y vemos qué necesita. Somos equipos muy coordinados para dar respuesta, sin distinguir la parte administrativa. Los retos son seguir dando oportunidades personales, laborales, educativas y formativas; estar conectados con la comunidad; trabajar desde una inclusión real. Somos agentes de cambio y podemos aportar a la sociedad. Queremos que los barrios sean más accesibles, que todos puedan ir a comprar el pan y que todos nos entiendan. Creemos en la economía circular y en transformar y aprovechar los recursos. Hacemos muchos productos y proyectos con esta finalidad. Uno de los últimos es sostener las cestas de Navidad, cuyos productos responden a esta circularidad y aprovechamiento.

P. – ¿Qué es el Proyecto Pop Up?

R. – Es una alianza con la Fundación Sa Nostra. Tenemos una nueva edición del Restaurante Pop Up,

LaFundació Sa Nostra impulsa una nueva edición de su Restaurante Pop Up, que este año incorpora un elemento destacado: Gira-Sol asume la dirección culinaria y Mater lidera el servicio de sala, intercambiando así los papeles que habían desarrollado el año pasado. Esta colaboración renovada refuerza el vínculo entre las entidades y aporta una nueva mirada a un proyecto que combina gastronomía e impacto social. El restaurante abrirá del 10 al 12 y del 16 al 19 de diciembre, en turno único a las 14 h, en Can Tàpera. El aforo es limitado, y los asistentes podrán disfrutar de un menú degustación de 6 platos elaborados con productos locales de temporada, al precio de 45 euros por comensal.

P. – ¿A cuánta gente atiende Mater?

R. – Actualmente atendemos a 1.570 personas (datos de 2024). Ahora saldrán los de 2025. Estos son los usuarios que acompañamos actualmente.

P. – Recibieron el premio Ramón Llull en 2024. ¿Cómo recuerdan esos días?

R. – Fue un reconocimiento a los 60 años de caminar, transformar y acompañar. Fueron días de mucha alegría, porque desde fuera nos reconocían y nos decían que lo estábamos haciendo bien. Valoraron este camino y la labor sembrada durante este tiempo. Fue alegría, felicidad y agradecimiento. El premio también lo agradecimos a la comunidad y a todas las personas que han hecho posible que Mater exista, no solo las de hoy, sino las que estuvieron y apoyaron directa o indirectamente.

P. – ¿Qué es la Fundación Mater?

R. – La Fundación Tutelar es una fundación para aquellos chicos que necesitan apoyos jurídicos, económicos, laborales, etc., que sus familias no pueden darles. Por ejemplo, si los padres se hacen mayores, mueren o están incapacitados. Entonces necesitan protección y, si el juez lo indica, nosotros los tutelamos.

P. – ¿Qué diferencia hay entre Mater y Fundación Mater?

R. – Mater es un ente muy grande que da respuesta a todas las necesidades de las personas. La Fundación Tutelar da respuesta a las familias: somos la familia de quienes ya no pueden tener esa respuesta por parte de la suya.
Mater es toda la organización: atención temprana, centro educativo especial, colegio, centro de día, centro ocupacional, Centro Especial de Empleo…
Cuando Mater llevaba tiempo funcionando, había padres que nos pedían que tuteláramos a sus hijos. Entonces creamos la Fundación Tutelar para cubrir este aspecto jurídico, económico y de acompañamiento vital, como si fuéramos su familia.

P. – ¿Cómo se financia Mater?

R. – A través de conciertos con las instituciones. Trabajamos con el IMAS y todas las consellerias.

P. – ¿Los usuarios o familiares han de pagar para estar aquí?

R. – Depende. Para los servicios concertados, no. Pero si damos algún servicio complementario —comida al mediodía, transporte…— entonces sí deben colaborar.

P. – Uno de los principios de Mater es el respeto al medio ambiente. ¿Es así?

R. – Sí. Uno de los principios fuertes es la economía circular.
Reciclamos todo. Tenemos diferentes proyectos de economía circular y de respeto al medio ambiente. Casi todos los productos que elaboramos tienen esta mirada. Ahora mismo estamos preparando la decoración navideña…