La gestión de Josué Gutierrez ha profundizado el deterioro institucional de la Defensoría del Pueblo , según alertan trabajadores, exdefensores y organismos internacionales. Señalan que su conducción ha debilitado la autonomía del organismo encargado de proteger derechos fundamentales y fiscalizar al Estado.

Diversos actores coinciden en que la institución atraviesa una crisis interna inédita. Se cuestiona el alineamiento político del defensor y su silencio frente a denuncias graves, lo que, según especialistas, afecta la credibilidad del organismo y su capacidad para actuar con imparcialidad.

El sindicato de trabajadores sostiene que las decisiones de la actual administración han generado tensiones internas, cambios injustificados y una reducción del rol vigilante de la entidad. P

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