Su llegada a Delirio, Carlos Paz la relata hoy como una anécdota feliz, aunque la antecedió un episodio no muy grato para él: “Pasó algo que le agradezco a Diosito. Yo tuve una gira con una compañía artística por toda Colombia, cuando la cerramos con una presentación en el Teatro Municipal, la directora me dijo que me habían reemplazado por un cantante”.
“Eso me dio tristeza, me fui hasta la 44 caminando, llorando, solo. Pero a los tres meses me llaman para hacer casting en Delirio, un martes, y me invitan el jueves al ensayo, porque la presentación era el viernes. Y me quedé”.
Espontáneo como es, y con un talento innato, solo necesita la guía para su intervención en las obras de este espectáculo caleño, y él les pone su propio toque. Gracias a su habilidad, se ganó su propio espacio en

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