Este domingo 14 de diciembre, Australia se vio sacudida por un trágico tiroteo masivo en Bondi Beach, Sídney, que dejó un saldo devastador de al menos 16 personas muertas, incluido el atacante, y más de 40 heridos.

El ataque ocurrió durante una celebración destinada a conmemorar el inicio de Hanukkah, una festividad judía, donde estaban congregadas más de mil personas, transformando lo que debía ser una noche de paz y alegría en un escenario de horror.

Las primeras informaciones revelan que los atacantes, un padre de 50 años y su hijo de 24, tenían como objetivo a la comunidad judía de Sídney. El progenitor falleció poco después del ataque, mientras que el hijo continúa bajo custodia policial, gravemente herido. La policía investiga este incidente como un ataque terrorista, marcando uno

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