Redadas contra personas por su color de piel, condiciones de arresto infrahumanas –con torturas, abusos sexuales, incluidos–, retenciones en centros saturados sin comida durante días o expulsiones colectivas a lugares recónditos de la frontera. Estas son algunas de las violaciones de derechos humanos que han sufrido en Mauritania inmigrantes a manos de las fuerzas de seguridad que controlan las fronteras marítimas y terrestres, mientras el país africano es regado por fondos de la Unión Europea y España para contener los cayucos que parten hacia Canarias. Todas ellas las ha documentado Human Rights Watch en un informe, que ve la luz este miércoles, en el que se denuncia cómo las ayudas comunitarias para controlar la inmigración irregular están fomentando “duros enfoques de represión” contra
Mano dura en Mauritania contra los migrantes que quieren cruzar a Canarias: “Piensan que no mereces ayuda por ser negro”
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