Abrir la puerta del placard puede ser, para muchos, una experiencia frustrante: pilas de ropa desparejas, prendas colgadas de cualquier manera y accesorios que desaparecen justo cuando más se necesitan. La falta de tiempo y la rutina acelerada suelen hacer que acumulemos desorden sin darnos cuenta. Sin embargo, no hace falta dedicar horas enteras para recuperar el control. Con una serie de pasos simples y prácticos es posible transformar el caos en apenas media hora.

Lo primero es vaciar el placard por completo. Aunque parezca exagerado, sacar todo permite ver con claridad el espacio disponible y descubrir prendas olvidadas. Es también el momento ideal para separar lo que realmente usamos de lo que no. Una clasificación rápida en tres grupos ayuda a decidir sin vueltas: lo que

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