Es evidente que a la administración Trump no le preocupa el dolor humano que las redadas provocan en la comunidad latina. Sin embargo, lo que sí debería importar al gobierno federal es el impacto económico negativo que genera la presencia constante de agentes migratorios, sumada a los aranceles, en los negocios estadounidenses.
Como residente y conocedor del Distrito 9 en el sur de Los Ángeles durante más de 15 años, he sido testigo de cómo este vecindario -hoy con una población casi 80% latina- ha sido castigado a lo largo de la historia, ya sea por los disturbios, la violencia de las pandillas o la falta de inversión de corporaciones que se niegan a generar oportunidades laborales que permitan a la comunidad salir adelante.
Desafortunadamente, la presencia de agentes migratorios vuelve