El canciller venezolano Yván Gil rechazó un comunicado de Noruega en el que se denuncia un aumento de las desapariciones forzadas en Venezuela, calificándolo de «intervencionismo ilegal e inmoral». El gobierno venezolano expresó su firme oposición a las declaraciones noruegas, asegurando que estas utilizan «argumentos manipulados» para «atacar a la democracia» del país.

Gil hizo hincapié en que el pronunciamiento de Noruega se suma a una «amenaza contra la soberanía» venezolana y consideró que la Cancillería noruega interfiere en los asuntos internos de una «democracia fuerte y participativa». Además, el ministro de Exteriores acusó a Noruega de justificar, con sus declaraciones, la supuesta agresión militar de Estados Unidos contra Venezuela, aludiendo a los recientes movimientos navales

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