Como consumidores de hoy, sabemos lo que queremos y estamos dispuestos a pagar por este control. En la última década, la transformación digital aceleró en gran medida el ritmo y el alcance de nuestro empoderamiento al aumentar el acceso individual a la información y ampliar la gama de bienes y servicios directamente disponibles.
Por ejemplo, la industria del entretenimiento solía estar dictada por las productoras: si querías ver una película o ver un programa de televisión, tenías que estar sentado frente a la pantalla cuando se emitiera. La digitalización ha puesto a los consumidores en control directo de su experiencia de entretenimiento, permitiéndoles elegir qué ver, cuándo pueden verlo y cómo verlo. Los cientos de millones de clientes que actualmente se suscriben a las plataformas de