Así como, según T.S. Eliot, abril es el mes más cruel, la Chanson d’automne es uno de los poemas más conocidos de Paul Verlaine. No puedo evitar la tentación de recordárselo: “Les sanglots longs / des violons / de l’automne / blessent mon coeur / d’une langueur / monotone. /Tout suffocant / et blême, quand / sonne l’heure, / je me souviens / des jours anciens / et je pleure. / Et je m’en vais / au vent mauvais / qui m’emporte / deçà, delà, / pareil à la / feuille morte”.
El poema apareció publicado en 1866, dentro de los Poèmes saturniens. Y debe parte de su popularidad a que la primera estrofa, la más conocida y reconocible, fue la clave que Radio Londres utilizó en junio de 1944 para ordenar el sabotaje de vías de tren y demás la víspera del desembarco de los aliados en Normandía.