La puesta en marcha del nuevo modelo de transporte urbano en Cuenca, estrenado este lunes, ha desatado una fuerte polémica política. Tanto el Grupo Municipal Popular como Cuenca en Marcha-Unidas por Cuenca han coincidido en denunciar un “auténtico caos” en el servicio, que a su juicio ha multiplicado los problemas de movilidad en la ciudad en lugar de resolverlos.

El inicio del nuevo sistema, diseñado por el equipo de Gobierno socialista y que obliga a canalizar la mayoría de trayectos a través de un intercambiador central, ha sido objeto de duras críticas desde la oposición municipal.

Desde el PP, su portavoz Bea Jiménez ha lamentado que “lejos de mejorar el servicio, el resultado es un cúmulo de fallos y desorganización que perjudican directamente a los usuarios”. Entre las deficiencia

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