El fichaje del «cómico» Toni Albà por parte del Ayuntamiento de Ripoll, en manos de la «ultra» Silvia Orriols, de Aliança Catalana, ha levantado un cisma (otro más) en el ámbito independentista de Cataluña. Y es que, al margen de que Albà (recientemente denunciado por burlarse de la muerte de Javier Lambán) haya sido contratado para las fiestas de la localidad con cargo al presupuesto municipal, lo que ha caído como un tiro es que la formación de Orriols esté captando a lo que algunos denominan como «restos de serie», como el politólogo madrileño Ramón Cotarelo o el veterano periodista de TV-3 Eduardo Berraondo, reclutado como jefe de prensa.
El submarino: Bufón por precio

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