Después de Estiu 1993 (2017), mejor ópera prima de un festival de Berlín que cinco años más tarde le otorgaría el Oso de Oro con Alcarràs , Carla Simón cierra con Romería el último capítulo dedicado a su memoria familiar.
Es su obra más arriesgada hasta la fecha, un retrato íntimo y a la vez de una generación, la de los ochenta, marcada por la heroína. Rodada en Vigo y alrededores, son escenarios por los que transitaron los padres de la directora catalana, fallecidos de sida cuando ella era pequeña y a los que Simón imagina en la ficción desinhibidos, viviendo un relato de amor salpicado por la adicción a las drogas.
La debutante Llúcia Garcia encarna a Marina, una joven que viaja de Barcelona a Vigo para conocer a la familia de su padre biológico e intentar reconstruir un rela