La emoción de Messi emocionó a todos cuando Argentina salió anoche a hacer la entrada en calor previa al partido y el “Messi, Messi, Messi” lo bañó de amor desde los cuatro costados de un Monumental repleto. El sentimiento se profundizó con el correr de los minutos, en cada instante de una jornada inolvidable, que fue redonda, cercana a la perfección.

“Leo”, el gran capitán, jugó frente a Venezuela bajo un estado de emoción virulenta, estado que lejos de paralizarlo, lo encendió para afrontar su último partido oficial en nuestra tierra, compromiso por una eliminatoria que Argentina ya ganó hace rato y en la cual en marzo había cumplido el objetivo de clasificarse. Para ratificar esa conexión total metió un golazo al final del primer tiempo, con una definición exquisita, digna de su sello.

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