Para Donald Trump, todo es guerra. Literalmente. Y no hablamos solo de conflictos internacionales: el presidente ha convertido el lenguaje bélico en su herramienta favorita para movilizar a sus votantes, marcar enemigos y justificar cualquier acción.
Trump no escoge las palabras al azar. Cuando habla de migrantes, los llama "invasores, violadores, criminales, parásitos" . A los manifestantes los tilda de "terroristas y animales" . En su mundo, quien no está con él es un enemigo. Y al definir así a los otros, crea la justificación perfecta para usar la fuerza o tomar medidas extremas.
Esa retórica no es nueva ni casual. Ya en plena campaña de 2023 alentaba a sus seguidores a "luchar como demonios" , en un contexto que acabó con el asalto al Capitolio . Parecía un mensaje claro