La Policía Nacional del Perú (PNP) ha confirmado un grave hackeo a su base de datos de la Dirección de Inteligencia (Dirin), lo que ha llevado a la suspensión de servicios y a la activación de investigaciones para identificar a los responsables. Este ataque cibernético fue detectado el 4 de septiembre de 2025, cuando el personal de la División de Seguridad Digital alertó sobre una posible vulneración de los servidores.

La filtración, conocida como ‘Dirin Leaks’, ha expuesto información extremadamente sensible, incluyendo detalles sobre agentes encubiertos, planes de seguridad y reportes clasificados. La PNP ha indicado que, tras la detección del ataque, se activó un plan de contingencia que incluyó la suspensión de servicios y la coordinación con la Dirección de Tecnologías de la Información y Comunicaciones para proteger la infraestructura afectada.

La Dirección de Ciberdelincuencia ha iniciado investigaciones para perseguir el delito cibernético y lograr la identificación y captura de los posibles autores. En un comunicado, la PNP aseguró que trabaja para garantizar la seguridad de todos los agentes de inteligencia y la ciberseguridad de la información.

El grupo hacker Deface Perú ha reivindicado la filtración, afirmando que su objetivo no es destruir, sino evidenciar las debilidades del Estado. Criticaron la inversión estatal en seguridad, señalando que se gastaron 7 millones en un datacenter que consideran inútil. Además, el congresista Diego Bazán ha expresado su preocupación, indicando que las organizaciones criminales han tenido acceso a registros de agentes encubiertos.

La revisión de los documentos filtrados ha revelado planes de protección para la presidenta Dina Boluarte y exmandatarios, así como listados de agentes de contrainteligencia, lo que pone en riesgo a quienes participan en operaciones contra el crimen organizado. La legisladora Ruth Luque ha denunciado la precariedad del gobierno y la normalización de la violencia en el país.

El coronel en retiro Harvey Colchado ha criticado la respuesta de la PNP, calificándola de “indolente” y advirtiendo sobre las amenazas que él y su familia han recibido. La situación ha generado un clima de incertidumbre sobre la capacidad de la PNP para proteger a sus agentes y a la ciudadanía en general.