Mientras los bonaerenses eligen este domingo legisladores y concejales, el próximo lunes los inversores observarán otra votación: la de los precios.

Si el oficialismo nacional logra exhibir competitividad en la provincia más hostil, incluso sin imponerse, el mercado podría interpretarlo como una señal de validación del programa económico, habilitando una compresión del riesgo país y una revalorización de los activos locales.

En cambio, una victoria amplia del kirchnerismo en su principal territorio sería leída como un anticipo de un eventual reordenamiento político hacia 2027, con efectos inmediatos: ampliación de spreads soberanos, presión cambiaria y caída de la renta variable.

Desde hace décadas, en Argentina la política dejó de ser un ruido de fondo para transformarse en la variable

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