En el panorama de la fotografía venezolana, hay nombres que resuenan por su técnica, otros por su estética y unos pocos por su capacidad de capturar lo invisible. Es el caso de Joel Ochoa (Caracas, 1973), Premio Nacional de Cultura 2023-2024 en la mención Fotografía. Su obra no solo documenta: revela. Y lo hace desde una mirada que se ha forjado durante más de tres décadas de trabajo incansable, silencioso y profundamente comprometido con el alma del país.
Lo que traduce la fotografía de Ochoa es una conexión intensa con lo nuestro. Su lente se posa sobre la patria, ese que no aparece en los titulares pero que sostiene la identidad nacional. “Mientras algunos compañeros se van por el lado más convencional, yo siempre trato de esconderme, de convertirme en un hombre invisible”, confiesa. E