Habrán comprobado en numerosas ocasiones que la evolución de la deuda es uno de los puntos fuertes de los que alardea el Gobierno. Quizá no ... con tanto énfasis como la evolución del empleo, el crecimiento del PIB o el control de la inflación, cuestiones todas ellas que, a pesar de sus numerosos puntos grises, permiten desplegar un discurso complaciente. Pero el comportamiento de la deuda, o más bien su supuesta contención, es un argumento recurrente. ¿Disminuye la deuda? ¡No, qué va! Aumenta año a año de manera constante y sin desmayo. ¿Cuánto? Pues en el año 2025 ha alcanzado los 1,691 billones, con un incremento del 4% en el último ejercicio.

Por instituciones, la del Estado creció un 4,5%; la de las comunidades autónomas, un 1,5%; y la de las corporaciones locales, más frugales el

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