Cada elección nacional o provincial genera, de manera natural, un grado de especulación sobre posibles réplicas en otras provincias. Sin embargo, la comparación entre Buenos Aires y Neuquén resulta, en este caso, tan limitada como inapropiada.
La provincia gobernada por Rolando Figueroa ha consolidado un modelo propio, centrado en políticas de desarrollo local, autonomía, autodeterminación y gestión territorial diferenciada. Este esquema le permite abordar sus desafíos con criterios y prioridades que no dependen de lo que suceda en la política porteña, como así tampoco en la bonaerense (es decir el núcleo de la grieta).
A diferencia de la provincia de Buenos Aires, Neuquén opera bajo estructuras administrativas, económicas y sociales que reflejan su singularidad; en rigor, su identidad.