La policía checa ha capturado finalmente al misterioso conductor de un monoplaza que circulaba de manera ilegal por las autopistas del país. El vehículo, decorado con los colores de Ferrari, había generado múltiples denuncias desde 2019, culminando con su detención en el pueblo de Buk, ubicado a 60 kilómetros al suroeste de Praga.

El operativo policial se desarrolló tras seguir el vehículo de competición, interceptando al propietario, un hombre de 51 años, quien inicialmente se resistió a abandonar su monoplaza.

La escena del arresto resultó dramática, con el conductor discutiendo con los agentes desde su vehículo de competición, vestido con su traje y casco rojo. Los medios locales documentaron el momento en que finalmente fue conducido a la comisaría para ser interrogado.

La unidad

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