No descubrimos nada al decir que el Gran Premio de Italia fue una carrera para el olvido en Alpine. Tanto un auto como el otro carecieron de la potencia adecuada, y por más que intentaron diferentes estrategias, no hubo con qué pelear.
Para colmo, la competencia fue muy lineal, sin interrupciones, lo que los alejaba aún más de cualquier chance de lucha.
Si en algún momento el auto de seguridad hubiese interrumpido la actividad, tal vez alguna que otra oportunidad podría haber aparecido, pero lamentablemente no contaron con esa ventaja.
Fue una jornada intensa y calurosa, con un marco impresionante de público en un domingo bellísimo para las actividades al aire libre. Pero el calor en pista le jugó en contra a Colapinto, quien en cierto momento dijo haberse acalambrado.
El piloto finali