La Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) ha llevado a cabo la destrucción de 13.038 kilogramos de productos pirotécnicos decomisados en diversas regiones del Perú. Esta acción se realizó en el marco de operativos de control ejecutados durante los últimos ocho meses, con el objetivo de garantizar la seguridad pública.
La mayor cantidad de material pirotécnico destruido se registró en la región de Lambayeque, donde se incineraron más de 3.201 kilogramos. Otras regiones con cifras significativas incluyen Piura con 1.919 kilogramos, La Libertad con 1.810 kilogramos, Junín con 1.762 kilogramos y Áncash con 1.210 kilogramos. Además, se destruyeron cantidades menores en Ica (897 kg), Ucayali (804 kg), Puno (792 kg), Loreto (376 kg), Cusco (193 kg) y Tacna (73 kg).
Los productos eliminados abarcan una variedad de artefactos, como cohetecillos, lluvias de plata y tortas de tiros, todos ellos retirados de circulación por no cumplir con las regulaciones establecidas en la Ley N.º 30299. Sucamec ha enfatizado que estas acciones se centran en pirotécnicos que carecen de autorización o que han sido transportados y comercializados de manera irregular, lo que representa un riesgo para la seguridad pública.
La operación fue realizada en colaboración con la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP). Estos operativos se llevaron a cabo en mercados y comercios de alto acceso público, con el fin de prevenir incidentes como incendios y lesiones graves.
Sucamec ha destacado que la eliminación de estos productos es crucial para proteger la vida y el patrimonio de la población, especialmente en comunidades donde el uso de pirotécnicos es común durante festividades. La institución ha reiterado su compromiso de continuar aplicando la Ley N.º 30299, priorizando la prevención y la intervención en puntos críticos mediante vigilancia y decomisos constantes.
La destrucción de más de 13 toneladas de pirotécnicos representa uno de los operativos más amplios en la lucha contra el tráfico y la circulación irregular de material explosivo en el país, reafirmando el compromiso del estado con la protección ciudadana y el mantenimiento del orden público.