Víctor Zuluaga Gómez

Recientemente estuve en la capital de Costa Rica y quedé impresionado por los trancones viales que se padecen, en una zona de relieve de altos y de bajos, así como las corrientes de agua, que impiden construcción de vías en línea recta. Sin embargo, los índices de accidentalidad son muy bajos toda vez que no se presentan excesos de velocidad y el número de motociclistas es bien reducido. Habría que agregar el hecho de que la mortalidad por accidentes viales es insignificante.

En el caso de Colombia y específicamente de Pereira, tampoco es extraño lo que en Costa Rica llaman “presas”, a saber, trancones inmarcesibles.

El informe que presenta Andrés Chaves, presidente de Andemos dice que las tres principales causas de accidentalidad son la velocidad, la que más nos es

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