Nueva York, 8 sep (EFE).- Dos meses después de la dura derrota en la final de Wimbledon, Carlos Alcaraz se coronó en el Abierto de Estados Unidos con su sexto 'Grand Slam' y recuperó el número uno del mundo. Un triunfo que refleja su madurez, fortaleza mental y una asombrosa capacidad de aprendizaje. Así se gestó su reconquista de Nueva York.
“Inmediatamente después de ese partido (en Wimbledon) pensé que necesitaba mejorar algunas cosas si quería ganarle”, explicó este domingo el murciano en la rueda de prensa posterior a su triunfo ante el italiano Jannik Sinner en Nueva York.
Pasaron ocho semanas entre ambas finales, en las que Alcaraz se tomó un descanso, estudió a fondo a su gran rival, afinó aspectos clave de su juego como el saque y reapareció en Cincinnati -sin parar en Canadá-,