Los rumores sobre inminentes redadas de inmigración en Chicago han generado preocupación este fin de semana. Activistas han repartido volantes recordando a la comunidad sus derechos ante posibles encuentros con agentes de inmigración. El domingo, Tom Homan, zar fronterizo de la Casa Blanca, confirmó que se planea que agentes federales se dirijan a Chicago y otras ciudades santuario, describiéndolas como “áreas problemáticas”.

Este anuncio se produce en un contexto de creciente tensión, ya que la administración Trump ha indicado que las redadas se intensificarán. Homan declaró en el programa "State of the Union" de CNN que "se puede esperar acción en la mayoría de las ciudades santuario de todo el país".

La alerta en Chicago coincide con una masiva operación de inmigración en una planta de fabricación de Hyundai en Georgia, donde cientos de personas fueron detenidas, muchas de ellas surcoreanas. Esta redada, la más grande realizada hasta ahora por la administración Trump, fue vista como un anticipo de las medidas de control más amplias que se avecinan.

Las autoridades de Chicago han estado vigilando las advertencias sobre las redadas federales. Aunque la ciudad se preparó durante el fin de semana, la preocupación se ha extendido más allá de sus límites. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) anunció una nueva iniciativa en Massachusetts, enfocada en la deportación de delincuentes que han ingresado al país ilegalmente.

Un portavoz del DHS mencionó que "ICE lanzó 'Patriot 2.0' para atacar a los peores criminales extranjeros ilegales en Massachusetts, tras el éxito de la Operación Patriota en mayo". Además, se culpó a la alcaldesa de Boston, Michelle Wu, por las políticas de ciudad santuario, argumentando que estas "no solo atraen y albergan a criminales, sino que también ponen en riesgo la seguridad pública".

Las operaciones en Boston y las planificadas para Chicago se están modelando según los arrestos de inmigrantes en Los Ángeles en junio, que resultaron en una serie de batallas legales contra la administración.

Ante la amenaza de nuevas redadas, algunas ciudades se preparan para la posibilidad de que el presidente Trump despliegue tropas de la Guardia Nacional. El domingo, Trump anunció que su administración decidiría en uno o dos días a dónde enviar las tropas. En Washington, más de 2.200 efectivos de la Guardia Nacional han estado presentes durante semanas, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre y tensión en la comunidad.