Los analistas pronostican una nueva devaluación de la moneda y un más que probable "suicidio" electoral de cara a las elecciones legislativas de octubre
Análisis - Cómo Axel Kicillof creó su propia vía en el peronismo hasta dar un duro golpe a Milei en Buenos Aires
Derrotado en las urnas y entre acusaciones de corrupción, Javier Milei ha prometido acelerar los recortes. Golpeado por el contundente triunfo del peronismo en los comicios legislativos en la provincia de Buenos Aires, al Gobierno ultraderechista le quedan 50 días en un camino plagado de incertidumbre de cara a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
“No se retrocede ni un milímetro en la política del Gobierno, el rumbo lo vamos a acelerar más. Si hemos cometido errores en lo político lo vamos a procesar y lo vamos a hacer mejor para ganar en octubre”, dijo Milei la noche del domingo. El ministro de Economía, Luis Caputo, salió a ratificar el programa esa misma noche. “Nada va a cambiar en lo económico. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario”, afirmó en la red X. Sin embargo, el propio Caputo parece estar contra las cuerdas.
Los mercados financieros han reaccionado con una fuerte caída de acciones y depreciación del peso a la derrota por casi 14 puntos del partido gubernamental La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, la más poblada de Argentina.
El dólar dio un salto en la apertura este lunes y cotizaba en el techo de la banda de flotación establecida por el Gobierno en medio de una fuerte volatilidad. Esta fue fijada por el Ejecutivo inicialmente entre 1.000 y 1.400 pesos. El dólar avanzó 5,3%, a 1.460 pesos por billete verde respecto al cierre del viernes y las acciones argentinas que cotizan en Wall Street se desplomaron hasta 16%. El riesgo país que elabora el banco JP Morgan superó los 1.000 puntos básicos.
La devaluación en el horizonte
En opinión del economista Guido Agostinelli, se abren dos escenarios posibles: “Uno, es si aguantan el tipo de cambio hasta octubre. Si pasa eso, ¿cuál es el riesgo que tienen? Que no le alcancen los dólares y que terminen devaluando a mitad de camino, por ende, es el peor de los mundos, porque se gastarán un montón de dólares para mantener un tipo de cambio y después finalmente terminarán devaluando antes de las elecciones con todas las consecuencias negativas que eso conlleva”, dice. “La opción dos, que para mí es la que le conviene al Gobierno, es devaluar hoy o mañana, en el corto plazo, no tiene ningún incentivo esperar más tiempo. Al devaluar, se descomprimen las tensiones con respecto a los dólares. En los hechos hoy con un dólar a 1.450 pesos ya se devaluó entre un 5 y 7%”.
Para el analista consultado por elDiario.es, el anuncio de continuar en el mismo rumbo que ha seguido Milei en el plano electoral es arriesgado. “A mí me parece que sus declaraciones fueron más para el mercado, pero en realidad profundizar más este modelo es más recortes, más ajuste del salario público, algún despido de empleados públicos, quita de subsidios, y me parece que eso en un plano electoral es suicida”, dice. “Creo que no puede profundizar este plan, porque los resultados en las elecciones serían todavía peores”.
El economista y especialista en comercio exterior Miguel Ponce señala a elDiario.es que lo que ha ocurrido con el Ejecutivo argentino es un boomerang. “El Gobierno transformó una elección local en un plebiscito de su propia gestión. Con este resultado nadie duda que ve a haber una devaluación, el asunto es cuándo y cómo. El resultado fue un antimileísmo superior al antiperonismo. En la provincia de Buenos Aires, sobre 14 millones de votantes, hay tres millones de jubilados, y entre discapacitados y familiares de discapacitados hay un millón más, ahí tenés ya cuatro millones, ¿a quién crees que votó esa gente? Es una cuenta simple”.
A estas horas, hay otra aritmética por resolver: cuántos votos perdió el Gobierno por las sospechas de corrupción que rodean a Karina Milei, hermana y secretaria general de la Presidencia. El escándalo de supuestos sobornos en la compra de medicamentos en el área de discapacidad permeó en los votantes y la marca La Libertad Avanza llegó a la cita electoral desprestigiada. Las consultoras de opinión arrojarán números concretos.
Uno de los altos funcionarios del Gobierno nacional que no estuvo presente en el discurso de Milei ante sus seguidores fue el jefe de Ministros, Guillermo Francos, quien ha dicho en la radio que hace falta hacer una fuerte autocrítica y adelantó que uno de los ejes será cambiar la macroeconomía. “Fue más que viento, no?. No digo un huracán, pero sí un viento muy fuerte”, dijo al reconocer la derrota por casi 14 puntos. “Hay que ver en qué fallamos en lo político y por qué los resultados macroeconómicos no llegan a la gente”. No se sabe si ha hablado a título personal o porque se prepara una medida concreta.
Tanto Francos como Caputo estuvieron ausentes cuando Milei salió a reconocer el revés en las urnas. La victoria del peronismo en su bastión agrega incertidumbre sobre la continuidad del programa económico ultraliberal, especialmente cuando el Gobierno dilapida los dólares del nuevo préstamo del Fondo Monetario Internacional.
Históricamente, el compromiso con el FMI establecía que las intervenciones en el mercado de cambios se restringirían a situaciones extremas, específicamente cuando el tipo de cambio oficial alcanzara el límite superior de la banda establecida, fijada inicialmente entre 1.000 y 1.400 pesos y ajustada diariamente. Esta restricción forma parte de un acuerdo más amplio, respaldado por un préstamo de 20.000 millones de dólares, destinado a preservar las reservas internacionales y promover la estabilidad macroeconómica.
Agostinelli sostiene que seguir con el plan insume mucha cantidad de divisas estadounidenses para defender el techo de la banda y, al mismo tiempo, profundizar las altas tasas de interés hasta octubre. “Ellos dicen que el FMI les autorizó a gastar los dólares del superávit pero eso no está confirmado por el propio organismo internacional, no hay declaraciones públicas al respecto”.
En este contexto, el Gobierno enfrenta el desafío de mantener la estabilidad del precio de la divisa, algo que con reservas negativas, fondos finitos del Tesoro y sin nuevos préstamos externos, parece una tarea ardua. La sensación es que el clima se ha enrarecido como una nube que podría expandirse las semanas que quedan hasta la nueva cita electoral.