Los hechos vuelven al relato un obituario secundario. Conviene recordarlo en un país donde la política ha convertido la narrativa en herramienta de poder y la metáfora funeraria en lenguaje electoral. En Argentina, cada elección parece un entierro : se reparten clavos, se cierran ataúdes y se proclaman muertes políticas que casi nunca se confirman. , en particular, ha sido despedido tantas veces que ya parece inmortal. Este domingo volvió a desmentir a quienes lo daban por terminado. En la provincia de Buenos Aires, el distrito que concentra casi el 40% del padrón nacional, obtuvo el 47% de los votos frente al 33% de La Libertad Avanza –el peronismo compitió bajo la marca Fuerza Patria–. Una diferencia de casi 14 puntos suficiente para transformar lo que debía ser una elección provinci

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