La cara b de la feria Salamaq es la de la desilusión de aquellos ganaderos que después de haber preparado animales e invertido para alcanzar el exigente nivel del certamen, no pudieron asistir por no haber superado las pruebas sanitarias que se exigen.

Es el caso del ganado morucho de la Diputación de Salamanca, que acababa de superar un saneamiento ganadero, necesitaba repetirlo para acudir a días del certamen, y un positivo frustró las ilusiones depositadas en ese lote para la exposición . No fue esto lo peor porque, además, dejó a la finca Castro Enríquez sin la 'tarjeta verde', la calificación sanitaria exigida para vender ejemplares para vida. La finca había recuperado esta calificación en 2017 después de 23 años con positivos, y había acudido a Salamaq con morucho de nuevo el

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