Después de una contundente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei ha decidido crear una mesa política nacional y otra de diálogo federal con los gobernadores. Esta decisión se tomó durante una reunión del Gabinete, donde Milei reafirmó que no habrá cambios en la administración ni en la estrategia económica del gobierno.
La nueva mesa política nacional estará presidida por el propio Milei e incluirá a figuras clave como Karina Milei, Guillermo Francos, Patricia Bullrich, Santiago Caputo, Martín Menem y Manuel Adorni. Además, se planea convocar a una mesa de diálogo con los gobernadores, aunque aún no está claro si Axel Kicillof participará.
A pesar de la derrota, Milei ha dejado claro que no se realizarán cambios en el Gabinete. Una fuente cercana al presidente afirmó: "No habrá cambios de Gabinete, así como tampoco se cambiará el rumbo económico". Sin embargo, se espera que Guillermo Francos asuma un papel más destacado en la gestión, mientras que Santiago Caputo reforzará la estrategia política.
En diciembre, tanto Bullrich como Luis Petri dejarán sus ministerios para asumir roles legislativos. A pesar de las tensiones internas y el escándalo de escuchas que involucra a Lule Menem, el oficialismo asegura que no habrá desplazamientos inmediatos.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reconoció que existe un desajuste entre los indicadores macroeconómicos y la percepción social. "La economía en lo macro está creciendo, pero eso no está llegando a la gente y es importante que llegue", afirmó. Según consultoras privadas, el 70% de los argentinos siente que su poder adquisitivo ha disminuido.
La derrota en Buenos Aires y la caída del consumo son vistas como señales de alarma en la Casa Rosada, aunque no se prevén cambios de rumbo. Milei ha enfatizado que la política económica se mantendrá, reiterando que "nada va a cambiar. Ni en lo fiscal, ni en lo monetario, ni en lo cambiario".
Con la creación de estas mesas, el gobierno busca fomentar la coordinación con las provincias y retomar el diálogo con los gobernadores, un aspecto que se había descuidado en los primeros años de gestión. Sin embargo, la incógnita persiste sobre cómo reaccionarán los gobernadores ante este intento de acercamiento tras la reciente derrota electoral.