L a provincia de Buenos Aires no “se tiñó de violeta” como pronosticó el Presidente de la Nación, se destiñó de azul, tampoco puso el “último clavo al kirchnerismo”, más bien la tapa del cajón (si existía) se abrió, y el “muerto que vos matais, goza de buena salud”.
La elección del domingo 7 de Septiembre fue un golpe certero para el gobierno nacional y para cualquier fuerza que se autoperciba con posibilidades electorales.
Fuerza Patria obtuvo el 47,18% de los votos, La Libertad Avanza 33,77% y lejos, el Frente Somos (radicalismo, con el GEB, la Coalición Cívica y parte del Peronismo) con 5,29%.
Las encuestas, y los empresarios pronosticaban un “empate técnico” con una diferencia de 4% sin quedar claro quien ganaba. La diferencia contundente fue de 13% de los bonaerenses. Técnicamente