Durante muchos años, el Estado de Nayarit fue mal administrado y saqueado por la mayoría de sus gobernadores.
Desde su creación como Estado de la República Mexicana, los gobernantes se desempeñaron como caciques turnándose el control del Estado entre familias que se convirtieron en verdaderas plagas para los nayaritas.
Ignorancia, corrupción, nepotismo, falta de visión y sindicalismo rancio tuvieron en la lona durante muchos años a esta privilegiada tierra bañada de Sierra Madre Occidental.
Las erráticas apuestas gubernamentales a la agricultura, ganadería, pesca, industrias y maquiladoras, despreciaron al turismo durante décadas.
Pero los nayaritas sacarían el orgullo. Como dice su corrido oficial, “yo tengo el orgullo de ser nayarita…” y a pesar de la mala suerte del Estado con sus g