Los aires de cambio que se impusieron en el oficialismo y sus aliados durante las primeras horas después de la catastrófica elección en la provincia de Buenos Aires desembocaron en la creación, en la Casa Rosada, de varias mesas políticas, y en la multiplicación de las reuniones de gabinete. Pero no derivaron en las profundas y diversas modificaciones que se esperaban en la oposición dialoguista, entre los gobernadores e, incluso, en el núcleo duro originario del mileismo.

Con el transcurso de los días, en esos sectores se impusieron la desilusión y el malestar que los protagonistas actores dejaron entrever entre sugestivos silencios, críticas a viva voz, o mascullaciones fuera de micrófono

Los referentes de PRO que se aliaron con La Libertad Avanza se prestaron a asistir ayer a

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