El reciente fallecimiento de dos jóvenes auxiliares de policía, tras un procedimiento irregular de agentes de tránsito, abrió un nuevo frente de cuestionamientos en Neiva. El concejal Juan Diego Amaya fue contundente: “Sí hubo un mal procedimiento. Los muchachos eran infractores, pero no delincuentes”. La discusión se centra en la legitimidad de las persecuciones a motociclistas por faltas administrativas, que, según la ley, deberían resolverse con comparendos y sanciones, no con operativos que arriesguen vidas.
Falta de vocación
Para Amaya, el problema va más allá del hecho puntual. Señala que la selección de agentes de tránsito en Neiva ha estado permeada por cuotas burocráticas y recomendaciones políticas. “Hay funcionarios que carecen de vocación, tolerancia y respeto por el ciudadan