El narcotráfico es un enemigo brutal. Pero también lo es el deterioro de la justicia en nombre de la seguridad. La pena de muerte en aguas internacionales decretada por órdenes militares o políticas es una traición al Estado de derecho

La política de Estados Unidos —del presidente Trump para ser más precisos— contra el narcotráfico los ha llevado a igualarse con el tirano Nicolás Maduro y decidir que no respeta la constitución ni las leyes internacionales para actuar de manera letal contra personas y embarcaciones en altamar presuntamente narcotraficantes.

La indignación frente al narcotráfico es legítima. Las rutas de la cocaína, los carteles que las operan y los regímenes que se hacen los de la vista gorda o se benefician de ella representan una amenaza para la seguridad de la región

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