El pasado 2 de septiembre, la familia de Héctor Eduardo Salinas, un joven de 27 años, recibió la devastadora noticia de su muerte en Ucrania.

Salinas había viajado a Europa con la esperanza de proporcionar una vida mejor a su madre y hermana que viven en el municipio de Floridablanca en Santander, firmando un contrato para unirse a las fuerzas armadas ucranianas en medio del conflicto bélico que asola la región.

Durante tres meses, Héctor se mantuvo en constante comunicación con su familia, compartiendo su experiencia y el anhelo de regresar a casa con nuevas oportunidades. En su último mensaje, enviado por WhatsApp, expresó su deseo de volver pronto, lleno de sueños y expectativas para el futuro de sus seres queridos.

Sin embargo, el destino cambió de manera abrupta cuando se confi

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