La agencia de calificación de riesgo S&P ha elevado la nota de España a A+ con perspectiva estable. Esta mejora se debe a la solidez de la economía española, que se muestra menos vulnerable a cambios repentinos en las condiciones de financiación externa y tiene una baja exposición a la política arancelaria de Estados Unidos. En su informe publicado este viernes, S&P proyecta un crecimiento del PIB del 2,6% para 2025, lo que representa un avance tres veces mayor que la media de la eurozona.
La agencia destaca que la creación de empleo y el aumento de la demanda interna, impulsados en gran medida por la inmigración, son factores clave en esta mejora. En particular, la llegada de inmigrantes de América Latina ha contribuido significativamente al crecimiento del empleo. Además, S&P señala que la economía española, centrada en el sector servicios, tiene una limitada exposición a las tensiones comerciales con Estados Unidos, ya que solo un 5% de las exportaciones españolas se dirigen a ese mercado.
A pesar de estas buenas noticias, el informe también advierte sobre los retos que enfrenta España. La elevada deuda pública, que se sitúa en torno al 100% del PIB, y la fragilidad política son preocupaciones que podrían afectar la calificación en el futuro. S&P menciona que el riesgo político persiste, aunque es probable que la coalición de gobierno se mantenga. La agencia también destaca que las recientes acusaciones de corrupción han incrementado este riesgo.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha expresado que esta mejora en la calificación es un reflejo de la fortaleza de la economía española. En un video enviado a los medios, Cuerpo subrayó que la mejora de la calificación se traduce en una mayor confianza de los mercados, lo que conlleva una mayor demanda de deuda soberana y menores costes de financiación tanto para el Estado como para las empresas. Según sus estimaciones, al final del año se habrán ahorrado 350 millones de euros en intereses de la deuda.
S&P también prevé que el crecimiento económico se desacelere al 1,9% para 2026 y al 1,8% para 2027 y 2028. La agencia considera que la calificación podría mantenerse estable en los próximos años, a menos que se produzcan cambios significativos en la deuda pública o en las cuentas fiscales del país.