El Gobierno español está decidido a liderar la presión en Europa contra la respuesta de Israel en Gaza. Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, fue uno de los primeros líderes europeos en reconocer formalmente el Estado palestino, en coordinación con Noruega e Irlanda. Además, fue el primer alto cargo de la UE en calificar de "genocidio" la situación en la Franja de Gaza. Esta postura ha comenzado a influir en otros países de la Unión Europea, que parecen dispuestos a seguir el ejemplo de España.
España ha estado instando a sus socios europeos a adoptar sanciones contra Israel, incluyendo la suspensión del Acuerdo de Asociación y otras medidas económicas. Sin embargo, hasta ahora, estas iniciativas han encontrado resistencia por parte de países como Alemania e Italia, que han bloqueado cualquier avance en este sentido. A pesar de esto, el Gobierno de Sánchez se mantiene firme en su intención de "aumentar la presión sobre Benjamin Netanyahu", convencido de que "España está en el lado correcto de la historia".
Recientemente, el Gobierno español aprobó un paquete de nueve medidas contra Israel, que incluye un embargo total de armamento, sanciones a ministros israelíes y la prohibición de entrada al espacio aéreo español para aeronaves que transporten material de defensa destinado a Israel. Estas acciones han generado la indignación del Gobierno de Netanyahu y de la Administración Trump, que han acusado a España de "envalentonar a los terroristas de Hamás". En respuesta, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha sido declarada persona non grata en Israel.
A pesar de las críticas, Madrid defiende su postura, argumentando que mantiene una "política coherente" en relación a los derechos humanos en Ucrania y Gaza, y que representa a una amplia mayoría de la población española. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha afirmado que el término "genocidio" refleja la gravedad de la situación en Gaza y ha reiterado el compromiso del Gobierno con los derechos humanos y la solución de dos Estados.
La posición de España está ganando apoyo dentro del bloque de los Veintisiete. Países que antes defendían a Israel sin reservas, como Alemania, están comenzando a cuestionar su postura. Albares ha señalado que, tras la declaración inicial de España, otros países como Eslovenia, Irlanda y Noruega se han unido a la causa, y se espera que Francia también lo haga en breve, lo que podría convertir a España en parte de una mayoría en la UE.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha cambiado su tono y ha prometido "acción" tras meses de reticencias. Este miércoles, propuso una suspensión parcial del acuerdo diplomático y comercial con Israel, así como sanciones a ministros considerados "extremistas". Aunque esta propuesta aún debe ser votada por las capitales europeas, el Gobierno español ha celebrado el anuncio como una victoria, ya que estas medidas fueron solicitadas por España hace tiempo. Albares ha enfatizado que el Gobierno continuará presionando por una suspensión total, argumentando que "los palestinos no están muriendo parcialmente" y que no puede haber normalidad mientras se violen los derechos humanos de manera flagrante.