Reivindicar la dimensión “comunitaria” del espacio público , pensar en que la transformación de una ciudad no tiene por qué llevar a perder su pasado, evitar que los grandes edificios reemplacen sin revisión previa a otros sitios valiosos para la identidad local fueron algunos de los planteos de la obra de Liliana Montes Le Fort que se volvieron a escuchar en estas semanas, en el Museo Nacional de Bellas Artes , con sede en Neuquén.
La muestra temporaria “Los Mundos de Liliana” y una serie de charlas en su honor se organizaron desde el prestigioso sitio cultural, bajo la curaduría del Lic. Amadeo Laurin, en la previa al nuevo aniversario de una capital que le debe a esta arquitecta y artista mucho más que un repaso de las construcciones que han sobrevivido al paso del tiempo.