Por: Jorge Liotti.

Cuando Javier Milei llegó al bunker que se había montado en Gonnet el escrutinio ya era una tortura. El clima que se percibía en el ambiente era un reflejo viviente. A pesar de que las tribus estaban aisladas en salas separadas, la situación casi se desmadró cuando Sebastián Pareja, el principal señalado por la derrota, fue hasta el vestuario contrario, vaso en mano, a increpar a las huestes de Santiago Caputo porque estaban tuiteando en su contra. Parecía que terminarían a las piñas.

El Presidente, que estaba con su hermana, convocó a su asesor principal y los tres empezaron a elaborar la primera respuesta que darían en público, en un intento por darle orden al desconcierto. Caputo sugirió un mensaje autocrítico y reparador. Ese fue el Milei que se vio arriba del esce

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