Madrid. Las condiciones climáticas extremas de este verano de 2025 tendrán un impacto económico significativo en España. Según un informe de la Universidad de Mannheim y el Banco Central Europeo, se estima que las pérdidas alcanzarán los 12.200 millones de euros en 2025, lo que representa el 0,84% del Producto Interior Bruto (PIB) del país. A medio plazo, hasta 2029, las pérdidas podrían ascender a 34.820 millones de euros, equivalentes al 2,4% del PIB.
El estudio, titulado 'Dry-Roasted NUTS: early estimates of the regional impact of summer 2025 extreme weather', destaca que España ha sido el país más afectado de la Unión Europea por fenómenos como olas de calor, sequías e inundaciones. "España es uno de los países más afectados, donde encontramos los tres tipos de eventos", afirman los investigadores Sehrish Usman, Miles Parker y Mathilde Vallat.
Durante el verano, junio fue el mes más cálido registrado, con una temperatura media de 23,7ºC. En julio, la temperatura media en la España peninsular fue 0,7ºC superior a la media de referencia (1991-2020). En agosto, se registró nuevamente un calor extremo, lo que ha llevado a los autores a concluir que las pérdidas económicas son significativas.
La sequía es el fenómeno que más impacta a la economía española, con pérdidas estimadas en más de 10.700 millones de euros a corto plazo. En Andalucía, se prevé que la sequía cause pérdidas de 2.200 millones de euros, afectando gravemente a la agricultura y el turismo en la región. Las olas de calor también han tenido un efecto considerable, con pérdidas de 1.479 millones de euros para 2025.
A nivel europeo, se estima que las condiciones climáticas extremas de este verano generarán pérdidas de 43.000 millones de euros en 2025 y 126.000 millones en 2029. Los países del sur de Europa, como España, Italia y Francia, son los más afectados, mientras que los países del norte y centro de Europa enfrentan daños menores, aunque la frecuencia de inundaciones está en aumento.
Los autores del estudio advierten que estas estimaciones son conservadoras y no incluyen el impacto de incendios forestales, que también han sido significativos. "Los verdaderos costes del clima extremo afloran lentamente porque estos eventos afectan a las vidas y a los medios de subsistencia a través de una amplia gama de canales", explica Usman.
El informe concluye que Europa debe prepararse para afrontar esta nueva realidad climática. Se requiere una inversión urgente en adaptación climática y una reducción de emisiones para mitigar los efectos de estos fenómenos extremos.