A orillas del estuario del río Deben, cerca del pequeño pueblo de Sutton, se extiende un paisaje que a simple vista podría parecer anodino: una serie de montículos apenas visibles sobre el horizonte . Pero bajo uno de ellos yacía una estructura funeraria tan imponente como inesperada. En 1938, el arqueólogo autodidacta Basil Brown , contratado por la terrateniente Edith Pretty , descubrió los restos de un barco funerario anglosajón intacto, de casi 27 metros de eslora . En su interior, una cámara repleta de tesoros: armas, joyas, objetos rituales, y utensilios traídos de lugares tan lejanos como el Imperio bizantino.
El personaje enterrado, aunque su cuerpo no sobrevivió a las condiciones del suelo, podría haber sido Redvaldo, rey de Estanglia en el siglo VII. Este monarca es re