C HETUMAL, MX.- El legado de Jesús Martínez Ross, primer gobernador constitucional de Quintana Roo, quedó marcado por sus múltiples aportaciones tanto en el ámbito político como en el social, los cuales fueron motivo de charlas entre los presentes en la misa de cuerpo presente celebrada esta tarde en la Catedral del Sagrado Corazón.

A los 91 años de edad, tras varios días hospitalizado, el exmandatario partió ayer dejando tras de sí una larga trayectoria política.

Su gestión comenzó en 1975, año en que Quintana Roo se convirtió oficialmente en el estado número 30 de México. Durante su gobierno, que concluyó en 1981, sentó las bases institucionales para el desarrollo político y económico de la región.

A Martínez Ross se le atribuye la organización administrativa del naciente estado, la consolidación de su estructura gubernamental y el impulso a obras de infraestructura que respondieron a las necesidades de una población en crecimiento.

Sin embargo, su vocación de servicio trascendió la política, pues también hizo importantes aportaciones a la vida espiritual de Quintana Roo, al donar el terreno donde hoy se erige la iglesia de San Martín en Chetumal. Asimismo, encabezó la remodelación de la Catedral del Sagrado Corazón, considerada el corazón espiritual de la capital, y colaboró con el Padre Patricio en la construcción de al menos diez iglesias en distintas comunidades de Bacalar.

Estos proyectos consolidaron años después espacios de fe y encuentro comunitario, fortaleciendo la identidad cultural y religiosa de la región.

El reconocimiento a estas aportaciones quedó marcado en la misa de cuerpo presente celebrada en la misma Catedral del Sagrado Corazón, donde familiares, feligreses, autoridades y ciudadanos lo despidieron con gratitud y respeto.

Para muchos, su figura es sinónimo de unión entre el compromiso político y el servicio humano, siempre orientado a dignificar la vida de los demás. ( Agencia SIM )