En un rincón de una antigua fábrica, ubicada en el sur de Massachusetts y construida a finales del siglo XIX, 15 personas trabajan en máquinas de coser, fabricando productos especializados de alta calidad para neonatología, destinados a hospitales .

Son los únicos empleados que quedan de lo que antaño fue una gran empresa manufacturera, la mayor parte de la cual cerró en 1990, cuando la familia Teixeira reinventó su negocio como una empresa de almacenamiento y distribución.

Desde que el presidente estadounidense Donald Trump implementó los aranceles , l a familia Teixeira ha recibido más consultas de empresas interesadas en sus servicios de confección, ubicados en Estados Unidos.

Pero ellos han rechazado esas ofertas, disuadidos por la dificultad para contratar personal en medio de

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