En el frente ucraniano, una táctica de supervivencia que parecía sacada de los libros de historia militar ha vuelto a la primera línea. Una iniciativa conjunta danesa-ucraniana combate la acuciante escasez de sangre recurriendo directamente a soldados y civiles como donantes inmediatos para los heridos. Este sistema, conocido como "banco de sangre andante", se ha convertido en una solución de emergencia ante la brutal realidad de la guerra moderna.

De hecho, este crudo escenario bélico, donde el control aéreo es frágil y las evacuaciones médicas se complican, es precisamente lo que ha llevado al ejército de Estados Unidos a replantearse su propia estrategia sanitaria. Los mandos estadounidenses se preparan para futuros conflictos en los que no se podrá dar por sentada la superioridad aé

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